Cualquier ser humano medianamente inteligente y sensible se dará cuenta de que cada persona es un radiador de energías que pueden clasificarse, en energía física, energía mental, y energía amorosa. La energía física proviene del cuerpo físico, la energía mental del cerebro y la energía del amor del corazón.
Es fácil comprender que la energía física tan solo tiene un alcance limitado a lo que sean nuestras acciones. Que la energía mental posee un mayor puesto que llega a través de las ideas a distancias mucho mayores. Y que la energía del amor es aún más profunda, pues no solo llega a la mente de otras personas, sino que puede llegar aún más allá; a la realidad del sentir espiritual que hay en todo ser; la que en el humano puede hacerse consciente.
Para tomar responsabilidad por la situación que existe entre Palestinos e israelíes, lo único que los humanos sensatos podemos hacer de manera efectiva, es comenzar a irradiar mayores contenidos que provengan del corazón, es decir, del amor, mediante pensamientos y sentimientos de compasión y comprensión por las personas que están sufriendo la situación presente sin importar que sean israelitas o palestinos, encomendando a dios, o a cualquier cosa que sea la causa suprema en la que uno crea, para que irradie generosidad y comprensión, tanto en unos como en otros, para que el conflicto termine.
UNOS Y OTROS TIENEN SUS RAZONES y las tendrán siempre en una creciente guerra sin fin, mientras que las naciones sean dirigidas por individuos de MUCHA CABEZA Y POCO CORAZÓN; y no por individuos sensatos conscientes de que SOLO UN SANO EQUILIBRIO ENTRE INTELIGENCIA Y AMOR permitirá que las guerras se vayan terminando.
(Juan Adrián Karca) concienciaahora.com
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