(Jak@ConcienciaAhora.com)
Encontré en un internet un bello poema de “Rishima”, “Creo en el hombre”, el cual decidí transformar y cambiarle la palabra “hombre” por “persona”, antes de compartirlo porque no podemos seguir usando lenguajes que invisibilicen a la “mujer”.
Creo en las personas sensibles y amables, en personas místicas que creen en sí mismas.
Creo en las personas que buscan la templanza y la paz en su interior.
Creo en las personas poetas, soñadoras, magas, escritoras, alquimistas, artistas, maestras y ángeles. Creo en las personas a las que les gusta bailar y cantar y hacer de la vida una celebración.
Creo en las personas que abrazan a su niño interior herido, escuchan y abrazan la verdad.
Creo en las personas que quieren sanar y ayudar a otros a sanarse a sí mismos.
Creo en las personas que se niegan a ser esclavas de su propia herida y que, a pesar del dolor, la limpian y sanan pacientemente, con amor y valor.
Creo en las personas que vienen de las estrellas y recuerdan el poder de sus alas, el poder de sus manos y el poder de sus corazones.
Creo en las personas que conocen la intuición y la usan como su brújula. Creo en las personas que comparten la libertad porque son libres y no conocen otra forma de vida.
Creo en personas protectoras de la energía femenina, que saben leer los ojos de sí mima o de su persona amada y que no pretenden cambiarla.
Creo en personas completas que no necesitan nada del exterior porque ya saben que todo está dentro. Creo en las personas que hacen fuego cuando tienen frío, que se refugian en el agua cuando tienen sed.
Creo en las personas con ojos sinceros que se ven a sí mismas y por eso aman y respetan a todas las criaturas que existen en la tierra.
Creo en las personas, perfectamente imperfectas, porque es en esta imperfección donde también encuentran su belleza.
Creo en personas sensibles que saben recibir y dar amor en equilibrio, que escuchan y también hablan, que viven y dejan vivir.
Creo en las personas que viven la sexualidad como algo sagrado, porque saben que es un regalo maravilloso, en donde pueden crear la alquimia más pura e inimaginable para ambos.
Creo en las personas que caminan descalzas y hablan con las plantas. Creo en las personas tiernas y salvajes al mismo tiempo; en individuos santos y en toda la divinidad que tienen.
Creo en las personas magas que todo a su paso embellecen, que su vida es un arte y que deleitan con sus dones.
Creo en el sagrado masculino y femenino o la divinidad que siempre lleva toda persona, aunque aun muchas personas lo ignoren.
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